lunes, 9 de abril de 2012

HOMENAJE A UN TABERNERO ESPECIAL

Habitualmente se habla bien de una persona cuando fallece, pero en Galaroza se ha rendido justo homenaje a una persona que todavía se encuentra entre los vivos, José Fernández Tristancho, José “El Gordo” para los amigos. El homenaje ha sido especial, ya que no se trata de ningún político ni persona que haya destacado en ninguna institución oficial del pueblo. José ha sido tabernero, ha regentado el bar del “Gordo” de una forma singular, marcando a muchas generaciones de cachoneros. Ahora, cuando se cumple aproximadamente una década desde que se cerró aquel establecimiento, sus amigos le han organizado un rato de gloria para recordar viejos tiempos.

La idea ha partido de Julio Ortega y de Pedro García, y se ha desarrollado en La Taberna, un local que pretende precisamente mantener aquellas viejas formas de tomar una copa, en torno a la charla, el humor y el compañerismo. Precisamente, uno de los símbolos del viejo bar del “Gordo” adorna en la actualidad esta nueva taberna; se trata de la impresionante cafetera marca Oyarzun que admiran todos cuantos entran allí.

Polifacética persona, José Fernández ha sido medio cura, tabernero, futbolista, archivero, profesor, poeta, hortelano y cuidador, y de cada una de esas facetas tiene muchas cosas que contar. Probablemente el José más público sea el que regentó la taberna que heredó de su padre, en la Plaza del Ayuntamiento. Tabernero jovial, conversador, de gran servicio a todos, llevó el local de una forma especial. La taberna era la casa de todos, por eso llegó a ser un gran conocedor de la sociedad cachonera, como pone de manifiesto en su única novela empezada, “El Confesionario”, a la que ha puesto un acertado título y donde hace un análisis de las personas, sucedidos y experiencias vividas en la tasca.

Pero no sólo de su bar ha vivido José. Su formación le ha llevado a ser profesor de muchos, gracias a sus vivencias y a sus estudios en el Seminario. Su cultura le ha servido para ser un gran narrador de historias y para alimentar una vertiente literaria de reconocida calidad. En su faceta de profesor, instruye a numerosos chiquillos a los que ayuda con éxito a superar dificultades escolares.

En la actualidad, José se dedica a las personas con discapacidad de la Asociación Paz y Bien que precisan de su humor, de sus cuidados y su cariño. Aquí también desarrolla labores de hortelano, labrando y cuidando la tierra. También fue futbolista y Juez de Paz de Galaroza, ordenó los archivos cachoneros, colaboró siempre con los Días de la Amistad y con los carnavales, convirtiéndose en uno de sus pregoneros más recordados.

El homenaje fue presentado por Antonio Fernández Tristancho, y en él intervinieron algunos de sus amigos, como Félix González, Pedro García, Juan Manuel Pablos, Leandro Navarro, Antonio Sosa, como Alcalde de Galaroza, o Manuel Angel Barroso, quien le entregó una placa en nombre de todos cuantos recuerdan con cariño su forma de ser.

La Asociación Cultural Lieva va a elaborar un número de su boletín cultural “La Regaera” donde se recogerán algunas de las intervenciones de este homenaje, acompañadas de numerosas fotografías del José de ayer y de hoy.

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